Estoy cenando con mi hija pequeña y en la conversación le pregunto si sabe quién es la mona Chita y me dice que no. Qué lástima. Con lo simpática que era.
Pero tras mi moderada pena lo que hay es un gran sentimiento de pérdida, que por otro lado es ganancia, así que palillos a la mar.
Mi hijo mayor, universitario y con carné de conducir.
Mi hija pequeña que no tiene ni idea de quien es Chita.
La vida que pasa. Tic tac, tic tac
Y solo cabe seguir intentandolo, hasta quemar las naves y llegar a la Patria.
Me hace feliz la vida de mis hijos, pero cuanto más crecen menos vida me queda. Esto es así como la leche es blanca. Y no pensar en la muerte no la retardará. Mejor esperarla preparado.
Y si puede ser, con unas palomitas, viendo una buena pelicula:)
Gracias por pasar y comentar.