Tal día como hoy, unos años atrás, mi familia y yo estábamos en Santiago de Compostela.
Habíamos salido desde Santo Domingo de la Calzada casi un mes antes. Eramos seis:mis padres, mis hermanos y yo.
Cada día nos levantábamos muy temprano con idea de andar los 2o o 30 km-según ruta- antes de que pegase fuerte el sol.
Las tardes las dedicábamos a jugar, ver algo de interés turístico y refrescarnos. Cosa esta última harto difícil porque fue un año que azotó la sequía en España con rabia.
Nuestro coche viajaba en tren. Un buen amigo había quedado con el encargo de mandarlo para la fecha prevista de llegada a Santiago. Pero hubo huelga de renfe y el coche y nuestras maletas no llegaron a tiempo.
Así que aquel Año Santo, Festividad de Santiago Apóstol, Patrón de España, mis padres y nosotros lucíamos las mismas ropas que habían recorrido todo el camino.
Recuerdo una pastelería riquísima bajo los soportales próximos a la Catedral.
Recuerdo la voz grave del entonces Obispo Suquía, que nos invitó muy cariñoso a participar de la Sta Misa -el día 24-en la zona del coro y en su homilía habló de una familia de peregrinos-nosotros-compuesta por cuatro hijos y con ¡la madre embarazada!
Mi madre no estaba embarazada, solo que iba con uno de esos vestidos anchotes y claro, el Obispo vio y pensó. Al término de la Misa mucha gente se acercó a saludar a mi madre y no queriendo dejar en mal lugar al Sr.Suquía, seguimos adelante con el embarazo:)
Recuerdo con solemnidad y emoción la primera vista de Santiago de Compostela. Lo habíamos conseguido. Tras muchas vicisitudes, lo habíamos conseguido.
Recuerdo con solemnidad y emoción el botafumeiro, a veces creo que todavía me llega su aroma.
Sin duda, fue el mejor verano de nuestras vidas.
Siempre que llega esta fiesta, mis padres y mis hermanos, nos llamamos y nos felicitamos.
Guardamos un gran cariño a éste Apóstol-uno de los doce que vivió con Jesucristo- a quien hoy especialmente le pido por mi familia y por España.
Gracias por pasar y comentar.