-¡Niñas! ¿Voy bien con este traje? ¡Venga, que llego tarde!
-Vamos Sonsoles, tampoco podemos pasarnos.
-No importa Jose Luis, estarán pendientes de la Chacón.
-¿Pero y el Rey?
-¡El Rey puede esperar!
Y así entre doses y solfas, el día X a la hora H el tal Zp llegó-contra todo protocolo-después que su Majestad.
Lo grave fue la falta de puntualidad del presidente de un gobierno, pero los flashes se cebaron en una mujer-como siempre- ¿Por qué me viene a la mente aquella canción de mujer florero?
Y mientras todas las miradas bobas descuartizan a tiras la imagen de la ministra de defensa, Zp se permitió el lujo de sonreir a las cámaras, sonreir al Rey, reirse de su sombra, de todos nosotros, de los cuatro millones de parados y llegar tarde a un acto oficial.
Y lo mejor: se fue de rositas.
Pedazo de presi.
Gracias por pasar y comentar.