Vamos a ver.
Por edad ya voy teniendo cierta experiencia en asistir a funerales.
Llegará un día-el último, lo prometo-en que por fin pueda ser «el muerto en el entierro».
Para semejante día quiero que se sigan ciertas pautas que brillan por su ausencia.
Dice mi marido que si es que hasta muerta voy a dar guerra. Pues sí- y no desesperes cariño que llegará el día en que yo vaya al cielo y tu te quedes en la gloria-, pero el último adiós debe tener su protocolo.
En mi funeral-¡por Dios!- que no pongan coronas de flores encima del ataud, que cuando el sacerdote echa el agua bendita, no me llega.
En mi funeral quiero un coro que cante. Descarto música pop en español-preferentemente- pero se acepta toda canción que suponga una acción de gracias.
Posiblemente yo seré la menos triste de todos los presentes, pues confiando en la misericordia divina espero alcanzar el Cielo, pero no quiero el típico funeral soso, lúgubre y oficiado por un desconocido.
Por favor, que desde el púlpito me digan algo cariñoso-que yo soy muy sentimental-, algo sentido desde el corazón, algo que mueva a quienes escuchen la homilía. Paso del típico sermón funcionarial-y que Dios me perdone-
Dicho lo cual y para el caso de que alguien que lea esto, me sobreviva y me quiera, pido humildemente que se cumplan mis últimos deseos.
Gracias por pasar y comentar.