Tanto los fines de semana como en fiestas señaladas el descenso de la estadística bloguera es imparable; se ve que le damos más oportunidad al mundo externo que al ciberespacio, lo cual está muy bien.
Creo que yo me despido aquí por unos días, lo que tardemos en adorar al Niño Dios, cantarle unos villancicos, comernos los turrones y repartir todos los besos y abrazos contenidos durante el año.
Me tomo un respiro en mi vida y decido dedicarme a fondo a ser feliz. ¿A pesar de las ausencias? A pesar de las ausencias. Los que se fueron de nuestro lado para siempre, ya sea por fuerza mayor, ya sea por circunstancias de la vida, seguro que disfrutan de nuestra felicidad.
Son días de paz, de alegrías, de panderetas, de sorpresas, regalos, champán francés y luz, mucha luz, la luz del amor de Dios, que se hace hombre para que se nos caiga la baba con Él.
Estaría bien pintar sonrisas blancas-como las marcas-repartirlas de forma gratuita; pocas cosas hay tan agradables como un rostro sonriente y pocas hay tan desagradables como todo lo contrario.
Un beso navideño para todos aquellos que pasáis por aquí de forma voluntaria o accidental.
Que el Niño Dios os bendiga.
Gracias por pasar y comentar.