Realmente no sé qué resorte se ha activado en el fiscal del Caso Noos, lo que sí se es que ha recurrido el auto en el que se imputaba a la Infanta Cristina.
Llevo trabajando en Justicia los años suficientes como para no haberme caído de un guindo y a pesar de todo quiero pensar que no hay justicia de primera y de segunda, aunque bien pudiera estar equivocada, no digo yo que no.
Concretamente estoy al servicio de la Fiscalía y vengo observando cómo se mueven las olas en ese mar, y si bien me ha sorprendido-por su arrojo-la decisión final del Juez de imputar a la Infanta, más estupor me ha causado la jugada desesperada del Ministerio Fiscal para poner a salvo a la realeza.
Todo parece señalar que hay «indicios» para llamar a la causa a Dª Cristina y en atención a que «todos somos iguales», se le ha llamado.
De que sea imputada no hay nada que temer en el caso de que sea inocente, puesto que es uso común imputar a alguien y una vez verificadas las pruebas llegar a la conclusión de que esa persona es inocente y por tanto quedar apartada del juicio.
Para el caso de que se demostrase su culpa, lo suyo sería aplicar la Ley a pesar de la Corona, por ese principio de equidad citado anteriormente.
Lo siento sinceramente por la Reina de España que me parece una gran señora. Básicamente.
También pienso cómo se sentirán hoy los fiscales de este país. ¿Defraudados porque vence el poder sobre la razón? ¿Quizás avergonzados? ¿Temerosos de perder sus puestos en caso de no ceñirse a los mandatos que les caen de arriba?
Quizás el fiscal Pedro Horrach tenga argumentos de peso que ni él mismo se los cree, lo que está claro es que este señor, como tantos otros, ha trabajado durísimo para aprobar las oposiciones de Fiscal, habrá ejercido el tiempo suficiente para ostentar el cargo que ocupa y seguramente y por todo lo dicho, hoy tendrá dulces sueños por la satisfacción que produce el deber cumplido.
Digo yo.
Gracias por pasar y comentar.