El fin de semana madrileño y litúrgico ha ofrecido lo mejor de sí, superando todas las expectativas; las cuarenta y ocho horas se han ido en un suspiro y al mismo tiempo se han multiplicado por mil. Es la magia del tiempo que a la brevedad le imprime intensidad.
Vuelvo con una promesa en la maleta: María Jesús que tantos buenos ratos nos ha regalado con su Comentandolotodo, me ha dicho con toda la solemnidad de la que ella es capaz, que vuelve al mundo bloguero.
Su casa es como una gran jaula de grillos 🙂 allí se viven muchas historias diarias servidas en bandeja por los que forman parte de su familia, por los hijos y sus derivados en la más amplia extensión de la palabra.
Son divertidos, ocurrentes,la despensa es un arsenal, las conversaciones se escalonan unas a otras, hay movimiento-mucho-y bullicio y alegría. Los hijos que se han casado vuelven, y vuelven las nueras, los yernos, los nietos. El perro es feliz.
En definitiva,de esa casa, más que irnos nos vamos sumando 🙂 Evidentemente toda la culpa es suya.
Cuando voy a Madrid me ofrecen alojamiento y yo acepto encantada porque además de dormitorio tengo derecho a ducha y mantel.
Por otro lado he entrado y salido con libertad, sin compromiso, a mis horas…lo dicho, como en casa.
La beatificación de D.Álvaro del Portillo ha sido una fiesta, con una participación increíble y la asistencia de personas de todas las partes del planeta, y esta es una de las cosas que más me emocionan: la universalidad de la Iglesia, porque el Opus Dei es sólo una «partecica» de esa Iglesia católica.
Empezó la ceremonia con la lectura de la carta que el Papa Francisco había hecho llegar al Prelado D. Javier Echevarría con ocasión de esta beatificación. En un silencio total, las palabras del Papa llegaron a todos los corazones que allí estábamos.
Anécdotas ha habido muchas, yo he aprovechado para hacerme fotografías con gentes de todas partes del mundo y la lluvia se ha contenido, permitiéndonos celebrar la santa misa sin mayores sobresaltos atmosféricos.
Además el fin de semana ha dado para ver a mis amigas madrileñas y para ¡encontrarme! con mis padres, hermanos y el batallón de sobrinos e irnos a celebrarlo juntos.(posiblemente por la saturación de líneas los teléfonos iban fatal)
En el mundo pasan muchas cosas buenas, todos los días, continuamente, a cada instante, y de todas ellas doy gracias por poderlas vivir.
La pregunta es:
¿ Eres consciente de lo afortunado que eres?
Gracias por pasar y comentar.