No soy Sócrates, ni Aristóteles, ni Descartes, ni Platón, ni Ortega y Gasset, ni Sartre etc etc
No alcanzo las profundidades del pensamiento que puede abarcar un filósofo o al menos no sé desgranar las ideas y plasmarlas como puede hacerlo un pensador o un filósofo, carezco de métodos, conocimientos, capacidad y paciencia, que hasta para pensar es necesaria…
Pero digamos que ni estoy en una orilla ni en la otra.
Me agota la superficialidad y cuando estoy en una reunión de amigos o conocidos o simplemente «gente» me canso de las conversaciones absurdas, en las que por cierto participo activamente hasta que mi cupo de tonterías se acaba. Es entonces cuando paso de decir estolideces a escucharlas hasta que finalmente entro en un estado de angustia vital que me lleva a despedirme de la reunión y busco el cobijo del silencio o la soledad.
Echo en falta en la raza humana poder entrar en conversaciones con enjundia; nos movemos en un mundo de frivolidad e insustancialidad que en poco o nada alimenta al alma, y siendo cierto que todo es bueno en su justa medida, también lo es que no se debe abusar de la paja, que abulta mucho pero pesa poco.
Qué se yo. Un buen potaje tiene su sustancia, su espesura, su solidez…echo de menos un buen potaje.
Tengo la sensación de que no nos gusta pensar. Pensar es un trabajo, cuesta esfuerzo, necesita rigor, silencio, constancia, pensar compromete, nos vuelve responsables, nos cincela, nos obliga a elegir, a adoptar formas de vida, a apechugar con nuestras ideas…
A mí misma me encanta «no pensar» y descansar del trajín de la vida y sus heridas colaterales, y me pongo una serie que me meta en la trama de lleno y me haga olvidar-me de mis circunstancias. Pero digamos que lo hago a modo de descanso y no como forma de vida.
Suelo ser de las primeras en abandonar una reunión, la primera en salir de la fiesta, la primera en dejar de tomar copas-¿no es posible estar con los amigos sin tomar copas? parece ser que no es posible- Me gusta estar con la gente mucho pero no demasiado tiempo, porque las tonterías se repiten y va subiendo el tono y alcanzamos la desfachatez y la grosería-¿no podemos hacer humor sin necesidad de ser groseros?- No me río de los chistes de mal gusto, no les veo la gracia y creo que no tengo por qué fomentarlos con mi risa.
No sé. Me canso. Quizás soy la rarita del grupo, del grupo que sea jejejeje pero prefiero mil veces una conversación interesante al chimpumchim de traca y tralará. ¡Qué le vamos a hacer!
La pregunta es:
¿Tú eres de la rama filosófica o de la del chimpumchim de traca y tralará?
Gracias por pasar y comentar.