No sé si tenéis las mismas experiencias que yo, supongo que sí ya que todos somos muy humanos.
El tema está en el saludo.
Misteriosamente hay personas con las que me cruzo en mi vida diaria y unas veces me saludan y otras no. Por ende, yo sin saber exactamente por qué, hago lo mismo, y unas veces saludo a quien a veces me saluda y otras no. Es un quiero y no puedo. Es un no se qué que genera incomodidad a cada encuentro, así que, he decidido terminar con esa situación y saludar claramente a todo el mundo.
No con un saludo tímido, cabizbajo y silencioso, sino con un adiós alto y claro, tan es así que hoy, que he puesto en práctica mi propósito, tan enérgica he sido que casi me caigo de la bici…eso sí, he provocado tal sobresalto a mi saludante que me ha respondido en el mismo tono enérgico.
Las cosas claras.
Gracias por pasar y comentar.