Cuando llega la noche pasan varias cosas, la más evidente es la oscuridad y la lógica, el cansancio acumulado del día.
Por eso precisamente, cuando llega la noche, la actividad disminuye hasta desaparecer y nos preparamos para descansar.
Pero para descansar bien es bueno estar bien cansado, sin excedernos, porque entonces el efecto es el contrario.
Hoy, después de una caminata de 26 km, creo que voy a dormir bien 🙂
Mientras yo descanso, ahí fuera, el mundo sigue funcionando, hay gente trabajando en fábricas, en alta mar, en hospitales, servicios de urgencia o en cualquier actividad de las que nunca paran y por tanto funcionan de noche.
El caso es que la noche se hizo para descansar, luego estamos alterando el ciclo natural de la vida, lo cual posiblemente tenga sus consecuencias.
Personalmente nunca he trabajado de noche más allá de las noches en vela con los hijos y sinceramente, no podría ganarme la vida con un trabajo nocturno, por muchas razones pero básicamente porque no me he visto en esa necesidad extrema lo cual me hace sentirme absolutamente incapaz.
Es importante tener un sueño reparador de la misma manera que es un suplicio cuando ese mismo sueño se quiebra y se vuelve insomne o sencillamente de mala calidad.
Las personas que duermen bien desconocen la fuerza heroica de quienes duermen mal y cada mañana afrontan el nuevo día con las mismas responsabilidades que los bien durmientes, pero con muchas menos energías. Y lo mejor de todo es que no se nota…o sí.
La pregunta es:
¿De 1 a 10, siendo 1 la puntuación menor y 10 la mayor, cómo valoras la calidad de tu sueño?
Gracias por pasar y comentar.